Volcanes activos en el mundo: próximos a erupcionar
Hay volcanes que parecen dormir durante siglos y, sin aviso aparente, vuelven a recordar que la Tierra está viva. Otros, en cambio, marcan un ritmo casi constante, con pequeñas erupciones que permiten una vigilancia más afinada. Saber cuáles podrían experimentar erupciones volcánicas en los próximos años no es adivinación, sino ciencia, datos y prudencia.
La buena noticia: hoy contamos con redes de vigilancia sofisticadas, modelos que mejoran cada temporada y comunidades locales mejor preparadas. Aun así, la naturaleza mantiene su capacidad de sorpresa. Ese equilibrio entre conocimiento y humildad guía estas líneas.
¿Qué significa realmente que un volcán está “activo”?
La etiqueta no es tan simple. En geología, un volcán se considera activo si ha tenido erupciones en los últimos 10 mil años. Dentro de esa categoría caben desde sistemas con actividad diaria hasta calderas silenciosas que solo se agitan cada varios milenios. Lo que interesa a protección civil y a quienes viven cerca es otra cosa: señales recientes de reactivación.
Tres ideas clave ayudan a ordenar el mapa mental:
- Activo no implica erupción inminente.
- “Reposo largo” no equivale a seguridad.
- Sin vigilancia continua, el margen de maniobra se reduce.
Señales que suelen preceder a una erupción
Cada volcán tiene personalidad propia, aunque comparten patrones. Las señales más observadas de actividad sísmica son:
- Sismicidad: enjambres de terremotos pequeños y repetidos que indican movimiento de fluidos o fracturas.
- Deformación del suelo: inflación o deflación medida con GPS, InSAR satelital y tiltómetros.
- Gases volcánicos: cambios en CO2, SO2, H2S, o variaciones en la razón isotópica que sugieren llegada de magma nuevo.
- Temperatura: aumento térmico en fumarolas o en superficie detectado por cámaras y satélites.
- Hidrotermalismo: alteraciones en fuentes, lagos y pozos, cambios de pH, color o conductividad.
No hay receta universal. Un volcán puede mostrar mucha sismicidad y no erupcionar, mientras que otro puede pasar de pocos avisos a un evento súbito con flujos de lava. Por eso se usan matrices de decisión, modelos bayesianos y escenarios de probabilidad, con actualización frecuente.
Un vistazo por regiones con alta vigilancia
Cinturón del Pacífico
Desde Alaska hasta Chile, pasando por Kamchatka, Japón, Filipinas e Indonesia, se concentra gran parte de la actividad global.
- Kilauea y Mauna Loa (Hawái): alternan periodos de pausa con reanudaciones relativamente rápidas. El Kilauea es muy reactivo a cambios en el sistema de rift y en el lago de la cumbre. Mauna Loa entró en erupción en 2022 tras décadas de calma, recordando que los “gigantes lentos” también despiertan.
- Popocatépetl (México): emisiones de ceniza frecuentes, explosiones vulcanianas y domos efímeros. Vigilancia intensa y protocolos probados.
- Volcán de Fuego (Guatemala): pulsos eruptivos con flujos piroclásticos. Riesgo alto para barrancas y asentamientos cercanos.
- Nevado del Ruiz (Colombia): historia eruptiva con la tragedia de 1985 como advertencia permanente y una rica historia volcánica que se sigue estudiando con atención. Cambios en sismicidad y desgasificación exigen atención constante.
- Cotopaxi y Reventador (Ecuador): actividad variable, con Cotopaxi alternando quietud y emisiones sostenidas.
- Merapi y Semeru (Indonesia): construcción y colapso de domos, flujos piroclásticos recurrentes.
Mediterráneo y Atlántico Norte
Aquí entran Italia, Grecia, Islandia y, sí, España.
- Etna y Stromboli (Italia): el Etna combina fuentes de lava y paroxismos; Stromboli mantiene un “latido” casi permanente, con episodios más energéticos que requieren cierres temporales.
- Campi Flegrei y Vesubio (Italia): la caldera de los Campos Flégreos muestra bradisismo, incremento de sismicidad y emisiones, lo que ha elevado niveles de vigilancia en los últimos años. El Vesubio permanece en calma, pero con planes de evacuación definidos.
- Islandia, península de Reykjanes: después de siglos de quietud, la fase iniciada en 2021 ha traído intrusiones y erupciones fisurales repetidas en un corredor donde destacan Fagradalsfjall y zonas cercanas a Svartsengi. La recurrencia en pocos años indica que el ciclo podría continuar.
África y el Índico
- Nyiragongo y Nyamuragira (R. D. del Congo): sistemas con lagos de lava y flujos muy rápidos en el caso del Nyiragongo. Retos de vigilancia por contexto social y logístico.
- Erta Ale (Etiopía): vulcanismo fisural y lago de lava persistente.
- Piton de la Fournaise (Reunión): uno de los más “puntuales” del planeta. Erupciones frecuentes pero generalmente bien contenidas dentro del recinto volcánico.
Asia nororiental y Alaska
- Sakurajima, Aso (Japón): explosiones recurrentes y cambios rápidos en niveles de alerta aérea.
- Shiveluch, Klyuchevskoy, Bezymianny (Kamchatka): columnas altas de ceniza, eventos intensos que afectan rutas aéreas.
- Shishaldin y Cleveland (Aleutianas): episodios explosivos intermitentes.
Europa sí tiene volcanes activos: archipiélago canario a la vista
El archipiélago canario es un laboratorio natural de primer nivel y el territorio con volcanismo activo más relevante dentro de España, siendo un verdadero testimonio de la fuerza de un volcán en la región. La erupción de 2021 en La Palma, como la famosa erupción de Teneguía en 1971, mostró que la isla no estaba dormida, simplemente aguardaba su momento dentro de un contexto de formación volcánica. Dejó un paisaje nuevo, una red de observación reforzada y una sociedad más preparada.
- Tenerife, sistema Teide Pico Viejo: última erupción histórica en 1909 (Chinyero). No hay señales inminentes, pero la vigilancia es densa. La isla presenta campos de fumarolas, sismicidad baja y una historia compleja con erupciones central y fisurales.
- La Palma, dorsal de Cumbre Vieja: episodio de 2021 con apertura de varios centros eruptivos y emisión de coladas que alcanzaron el mar. La instrumentación se ha multiplicado desde entonces.
- El Hierro: crisis sísmico volcánica en 2011 y erupción submarina al sur de la isla. Muestra que la actividad puede migrar en profundidad y reaccionar en plazos cortos.
- Lanzarote: Timanfaya 1730 a 1736 y erupciones de 1824. Un paisaje joven que sigue disipando calor en zonas puntuales.
Instituciones que monitorizan:
- IGN y CGEO para sismicidad, deformación y redes GNSS.
- INVOLCAN para geogases, termometría, vigilancia en campo y divulgación técnica.
- Programas satelitales Copernicus y misiones comerciales con InSAR.
Canarias vive de cara a sus volcanes con naturalidad, pero con planes claros. Señalética, simulacros, educación en colegios y una comunicación pública cada vez más afinada sostienen esa convivencia.
Dónde miran hoy los equipos de vigilancia
No es una lista cerrada. Es una fotografía de sistemas con seguimiento estrecho y señales recientes o de recurrencia conocida. Los niveles de alerta para los volcanes varían por país y se actualizan con rapidez.
| Volcán o sistema | País o región | Tipo dominante | Última erupción conocida | Señales recientes reportadas | Riesgos principales |
|---|---|---|---|---|---|
| Kilauea | Hawái, EE. UU. | Basáltico, escudo | 2023 | Deformación episódica, variaciones de SO2 | Coladas de lava, gases |
| Mauna Loa | Hawái, EE. UU. | Escudo | 2022 | Lento reequilibrio del sistema | Coladas extensas, gases |
| Popocatépetl | México | Estratovolcán | Actividad persistente | Emisiones y explosiones frecuentes | Ceniza, caída de piroclastos |
| Fuego | Guatemala | Estratovolcán | Actividad recurrente | Flujos piroclásticos intermitentes | Piroclastos, lahares |
| Nevado del Ruiz | Colombia | Estratovolcán | 2016 | Cambios en desgasificación y sismicidad | Lahares, ceniza |
| Cotopaxi | Ecuador | Estratovolcán | 2015 2016 | Emisiones de gas y ceniza esporádicas | Caída de ceniza, lahares |
| Merapi | Indonesia | Estratovolcán | Actividad continua | Crecimiento de domo | Flujos piroclásticos, avalanchas |
| Semeru | Indonesia | Estratovolcán | Actividad continua | Explosiones y coladas piroclásticas | Piroclastos, lahares |
| Etna | Italia | Estratovolcán | Actividad frecuente | Paroxismos estrombolianos | Ceniza, lava |
| Stromboli | Italia | Estratovolcán | Actividad persistente | Explosiones estrombolianas | Proyecciones balísticas |
| Campi Flegrei | Italia | Caldera | Holoceno, actividad volcánica e hidrotermal | Bradyseísmo, sismicidad baja a moderada | Emisiones, posibles erupciones freatomagmáticas |
| Reykjanes (corredor) | Islandia | Fisural basáltico | 2021 2024 | Intrusiones repetidas, deformación | Coladas, gases, impacto a infraestructuras |
| Sakurajima | Japón | Estratovolcán | Actividad frecuente | Explosiones vulcanianas | Ceniza, balísticos |
| Shiveluch | Rusia | Estratovolcán | 2023 | Dispersión de ceniza elevada | Ceniza en rutas aéreas |
| Nyiragongo | R. D. del Congo | Estratovolcán | 2021 | Sismicidad regional | Flujos de lava muy rápidos |
| Piton de la Fournaise | Reunión | Escudo | Erupciones regulares | Deformación y sismicidad de baja magnitud | Coladas dentro del recinto |
| Teide Pico Viejo | España, Tenerife | Complejo central | 1909 (Chinyero en dorsal) | Desgasificación difusa, sismicidad baja | Emisiones, erupciones fisurales futuras |
| La Palma (Cumbre Vieja) | España, La Palma | Fisural basáltico | 2021 | Disipación de calor, vigilancia reforzada | Coladas, gases, ceniza |
Nota: datos agregados de informes públicos de observatorios hasta 2024. Los niveles exactos de alerta cambian con rapidez y deben confirmarse en fuentes oficiales.
Cómo se pronostican escenarios
Pronosticar no significa poner fecha a una erupción. Se estima probabilidad condicional durante un periodo dado, con escalas que van de días a meses. Herramientas habituales:
- Redes sísmicas y extracción automática de señales. Modelos que distinguen entre sismicidad tectónica y volcanotectónica.
- GNSS continuo e InSAR para ver inflación o deflación a milímetros por mes.
- Química de gases en campo y por teledetección. El SO2 es un indicador sensible para magmas basálticos; CO2, más precoz pero difícil de interpretar por emisores difusos.
- Termografía terrestre y satelital de alta resolución.
- Modelos numéricos de ascenso de magma y de presión en reservorios, con actualización bayesiana a medida que llegan nuevos datos.
- Simuladores de caída de ceniza y de coladas con entradas meteorológicas en tiempo real.
Con este arsenal, los observatorios emiten boletines y, cuando procede, cambian el color del semáforo volcánico. Esos cambios no pretenden alarmar, sino abrir ventanas de acción para la protección civil y la ciudadanía.
Interpretar semáforos y alertas
Hay variación entre países, aunque el esquema general va del verde al rojo. Algunas ideas prácticas:
- Verde: sin señales anómalas. Rutina de vigilancia.
- Amarillo: cambios notorios en uno o varios parámetros. Preparación reforzada.
- Naranja: señales consistentes de posible erupción o actividad eruptiva limitada que podría intensificarse.
- Rojo: erupción en curso o muy probable, con restricciones aéreas y medidas de protección en marcha.
Conviene suscribirse a los avisos del observatorio local y no difundir audios o mapas de procedencia dudosa. La desinformación complica la respuesta.
Viajar a zonas volcánicas sin perder la calma
El turismo científico y de naturaleza convive con la actividad geológica. Hay formas responsables de disfrutarlo.
- Consulta el observatorio local antes del viaje.
- Respeta perímetros y senderos cerrados, aunque parezca todo tranquilo.
- Mascarilla FFP2 en entornos con gases o ceniza, gafas de protección y agua extra. La ceniza irrita ojos y vías respiratorias.
- Si se conduce, evita circular con ceniza espesa en el aire o en el asfalto. La visibilidad cae en segundos y la adherencia empeora.
- Lleva un plan sencillo de comunicación con tu grupo y un punto de encuentro.
En Canarias, los centros de visitantes del Teide, Timanfaya o La Palma ofrecen información actualizada. Un guía local con formación geológica marca la diferencia.
Vivir junto a un volcán: cultura del riesgo
Las comunidades que conviven con volcanes desarrollan una relación de respeto práctico y mantienen sus activos volcánicos bajo constante vigilancia. Algunas pautas útiles:
- Conoce las rutas de evacuación y los puntos de encuentro de tu municipio.
- Ten una mochila básica siempre lista:
- Documentación y copia digital.
- Linterna, pilas, radio portátil.
- Agua, barritas energéticas, medicación.
- Mascarillas y gafas.
- Cargador y batería externa.
- Revisa filtros y sellos de tu casa. La ceniza se infiltra con facilidad.
- Practica simulacros familiares. El día que haya que salir, el tiempo mental ya estará ganado.
Peligros concretos que conviene recordar
No todas las erupciones son iguales. La composición del magma, el agua disponible y la topografía condicionan el tipo de peligros.
- Coladas de lava: predecibles en dirección y velocidad, muy destructivas con infraestructuras.
- Piroclastos y balísticos: proyectiles calientes, especialmente cerca de los cráteres.
- Flujos piroclásticos: mezclas de gas y partículas a alta temperatura y velocidad. Son letales. Se evitan solo por distancia.
- Lahares: lodos volcánicos que bajan por barrancos tras lluvias o fusión de nieve. Pueden aparecer horas o días después.
- Ceniza: afecta salud, cultivos, agua y aeropuertos. Su gestión requiere logística sostenida.
- Gases: CO2 puede acumularse en bajas cotas y espacios cerrados; SO2 irrita y daña cultivos.
Ciencia abierta y participación ciudadana
La calidad de la vigilancia mejora cuando investigadores, administraciones y ciudadanía colaboran. Ejemplos valiosos:
- Redes de sensores de bajo coste integradas con estaciones oficiales.
- Programas de ciencia ciudadana para muestrear ceniza y documentar cambios en manantiales.
- Publicación de datos en tiempo casi real que permite análisis independientes y auditoría social.
Las Islas Canarias y varios observatorios de América Latina han avanzado con fuerza en esta dirección. La transparencia refuerza la confianza y desactiva rumores.
Herramientas y fuentes fiables para seguir la actividad
- Global Volcanism Program del Smithsonian: fichas históricas y boletines semanales.
- VAACs (Centros de Asesoramiento de Ceniza Volcánica): avisos para aviación.
- USGS HVO y AVO: boletines de Hawái y Alaska.
- INGV Italia: Etna, Stromboli y Campi Flegrei.
- IMO Islandia: deformación, sismicidad y mapas de intrusiones.
- IGN e INVOLCAN en España: sismicidad, geogases, informes divulgativos.
- Copernicus EMS y Sentinel Hub: imágenes satelitales para público.
Suscríbete a boletines, no solo a redes sociales. El detalle técnico suele estar en los PDFs.
¿Cuáles tienen más probabilidades de activarse pronto?
La respuesta responsable habla de rangos de probabilidad y ventanas temporales. Con la información pública disponible hasta 2024, los candidatos con vigilancia muy estrecha por recurrencia o señales persistentes incluyen:
- Popocatépetl, Merapi, Semeru, Sakurajima y Piton de la Fournaise por su patrón de actividad cercana al continuo.
- El corredor de Reykjanes, cercano a lugares como Eyjafjallajökull, ha encadenado intrusiones en pocos años y podría mantener el ciclo.
- Etna y Stromboli, con alternancia de fases tranquilas y paroxismos.
- Nevado del Ruiz y Cotopaxi cuando incrementan gas y sismicidad.
- Kilauea, con reactivaciones que responden a cambios de presión en la cumbre y zonas de rift.
En Europa occidental, Canarias mantiene vigilancia de alta resolución. No hay avisos de erupción inmediata, pero la historia geológica y la instrumentación aconsejan mantener la guardia técnica siempre en alto.
Erupción y después: el largo camino de la recuperación
La gestión no termina cuando cesa el tremor. Comienza una fase igual de exigente:
- Limpieza y gestión de ceniza, que puede reutilizarse como árido si se clasifica bien.
- Rehabilitación de suelos agrícolas. En ambientes basálticos, la ceniza joven puede mejorar a medio plazo, pero a corto requiere manejo cuidadoso.
- Reconstrucción de servicios y nuevas planificaciones urbanas con mapas de peligros actualizados.
- Atención a la salud mental de la población. El estrés prolongado y el duelo por las pérdidas son reales y requieren acompañamiento.
La erupción de La Palma dejó ejemplos de cooperación público privada, innovación en obra civil sobre coladas calientes, actividad sísmica y aprendizaje institucional que hoy se comparte con otras regiones.
Un futuro con mejores ojos y oídos
Los satélites de próxima generación, el aprendizaje automático aplicado a sismología y la baja latencia en redes de sensores prometen alertas más finas. No eliminan la incertidumbre, pero la acotan. Ese progreso técnico gana tiempo, y el tiempo salva vidas.

