La imagen muestra la Fuente Santa en la isla de La Palma, Canarias. Es un balneario natural con piscinas termales rodeadas de rocas volcánicas. La ubicación está frente al océano Atlántico, lo que crea un paisaje impresionante donde las aguas termales contrastan con el entorno volcánico. Este lugar es famoso por sus propiedades curativas y su historia, ya que las aguas termales de la Fuente Santa fueron redescubiertas después de haber estado ocultas bajo lava durante siglos tras una erupción volcánica.

Ya conocida en la época de las “awaras”

«Fuente Santa» en la Isla de La Palma

¿Qué es la Fuente Santa?

La Fuente Santa en la Isla de La Palma es uno de los elementos naturales más emblemáticos de Canarias. Conocida desde tiempos prehispánicos por los “awaras” y luego por los colonizadores españoles, esta fuente no solo tiene un valor histórico, sino también terapéutico. Su fama se extendió por toda Europa durante el siglo XVII debido a sus supuestas propiedades curativas.

Historia de la Fuente Santa en La Palma

Ya conocida en la época de los “awaras” y, posteriormente, por los colonizadores españoles, la Fuente Santa en aquella época consistía en dos piscinas termales en el fondo del océano, utilizables solo en marea baja. Su momento dorado fue, sin duda, el siglo XVII, cuando acudían en masa desde España y toda Europa para curarse de sífilis, lepra, úlceras, heridas y muchas otras enfermedades de la piel.

Entre las muchas personalidades que aprovecharon las renombradas propiedades de la Fuente, recordamos a Don Mendoza (fundador de Buenos Aires), el fraile portugués Gaspar Frutuoso (famoso geógrafo), el ingeniero italiano Leonardo Torriani (destacado funcionario de la corte de Felipe II) y el fraile Juan de Abreu Galindo (reconocido cronista de la conquista española de Canarias), quien nos dejó la descripción más fidedigna de la Fuente Santa. Fue tal el bullicio que la isla de La Palma disfrutó económicamente de un período de prosperidad. El agua curaba, el agua hacía (sin exagerar)… ¡milagros!

De Fuente Caliente a Fuente Santa

De Fuente Caliente (como se llamaba la fuente hasta entonces) pasó a llamarse… ¡Fuente Santa! Imagínese que el agua «bendita» era transportada en barriles a Cuba para luego ser vendida por todo el territorio americano. Pero el tráfico, el comercio, la riqueza y las curaciones se desvanecieron repentinamente en el nefasto crepúsculo del 13 de noviembre de 1677, cuando el volcán de San Antonio (en el sur de la isla) derramó avalanchas de lava sobre la Fuente, enterrándola bajo un espeso manto de unos 70 metros y empujando la costa unos 400 metros mar adentro.

Fue un verdadero golpe para la economía de la isla, pero, sobre todo, una desesperación furiosa para los lugareños (que, desde entonces, comenzaron a llamarse Fuencaliente), quienes rápidamente intentaron cavar para desenterrar los manantiales… ¡pero en vano! Todas las generaciones posteriores de palmeros (se han contado al menos 16) también lo intentaron (llevando en procesión quién sabe cuántas veces a su Virgen de las Nieves)… ¡pero todo fue en vano!

Resurrección de la Fuente Santa en 2005

El milagro que no hizo la Virgen fue, en cambio, realizado en 2005 gracias a las nuevas y más avanzadas soluciones ofrecidas por la ingeniería civil, la hidroquímica, la geología de los volcanes y la investigación de archivos históricos en un esfuerzo interdisciplinario llevado a cabo por un equipo establecido por el Gobierno de Canarias bajo la dirección de Carlos Soler.

Finalmente, se había encontrado la Fuente Santa, y los análisis de un reconocido laboratorio de Barcelona confirmaron las tradicionales propiedades terapéuticas del manantial, cuyas aguas (ya reconocidas por la Real Academia de Medicina de España) resultaron ser cloradas, sódicas y carbónicas: en resumen, ¡una joya en el campo del hidrotermalismo! Según los expertos, un agua como esta solo se puede encontrar en Francia (Vichy) y Alemania (Fráncfort), ¡mientras que en España sería única!

Propiedades terapéuticas de las aguas de la Fuente Santa

Sería ideal para tratar enfermedades relacionadas con el sistema circulatorio, arteriopatías periféricas, flujo venoso, reumatismo y artrosis en general (con baños de dióxido de carbono), así como trastornos del tracto digestivo, hígado y vías biliares (debido a su contenido salsobromoyódico). También resultaría eficaz en el tratamiento de enfermedades de la piel como úlceras o psoriasis, ya que se ha demostrado la acción inmunomoduladora de las aguas sulfurosas.

Situación actual de la Fuente Santa

Han pasado ya diez años desde la «resurrección» de la Fuente Santa del infierno de lava en el que fue enterrada, pero aún sigue sin uso, ¡encarcelada en el fondo de túneles excavados con gran esfuerzo! ¿Qué está ocurriendo? Ocurre que hipótesis e intereses divergentes se enfrentan en la arena política. Pero no me gusta entrar en el mérito de un debate del que, a decir verdad, desconozco todos los detalles y, lo que es más importante, a sus propios protagonistas.

Lo que es seguro es que sobre la mesa está el proyecto del futuro complejo termal de Fuencaliente, ganador de un Concurso Internacional de Ideas.

Pero lo verdaderamente importante, en este punto, es no correr el riesgo de que las aguas, vertiéndose al mar (como viene ocurriendo desde hace demasiado tiempo), acaben al final curando… solo las dolencias del océano (¡que no son pocas!).

Conclusión: Futuro prometedor para la Fuente Santa

La Fuente Santa de La Palma representa mucho más que un recurso natural; simboliza historia, salud y oportunidad económica para la región. Aunque su uso terapéutico aún no se ha materializado plenamente, su potencial es innegable. Con un proyecto termal en marcha y el interés creciente en el turismo termal en Canarias, el rescate definitivo de esta fuente podría convertirse en realidad muy pronto.

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