Playa La Tejita – Naturaleza en Tiempo Real

playa La Tejita con la imponente Montaña Roja como telón de fondo

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En esta playa podemos ver la sección naturista.

Playa La Tejita – Naturaleza Virgen y Montaña Roja

El Atlántico aquí habla en voz baja. La arena dorada cruje bajo los pies, el viento alisio refresca la piel y Montaña Roja, con su perfil inconfundible, vigila la orilla como un guardián paciente en esta zona del sur de Tenerife. Quien pisa La Tejita entiende rápido que no todas las playas son iguales: mientras algunas invitan a pasar unas horas, esta te atrapa para quedarte, disfrutando de un relax auténtico. Además, puedes consultar las cámaras en tiempo real para ver el ambiente antes de tu visita.

Dónde está y por qué se siente diferente

Ubicada en Granadilla de Abona, La Tejita es un arenal amplio —casi un kilómetro— completamente abierto al océano y rodeado por un entorno natural protegido. A diferencia de otros destinos turísticos, aquí no hay paseo marítimo ni grandes complejos hoteleros, lo que permite una experiencia más auténtica.

El horizonte permanece despejado, el rumor del mar se convierte en protagonista y la vista descansa. Es un verdadero deleite para quienes buscan desconectar del bullicio. El clima es templado durante todo el año, con alisios que limpian el cielo y dejan un aire salino energizante.

La intimidad natural

Lo que realmente distingue a La Tejita es su intimidad. La imponente presencia de Montaña Roja actúa como barrera visual y acústica: su cono volcánico corta la línea de costa y crea rincones resguardados. Esta combinación explica la serenidad que tantos viajeros destacan.

Montaña Roja: corazón volcánico y reserva viva

Este cono rojizo se eleva 171 metros sobre el nivel del mar y forma parte de la Reserva Natural Especial de Montaña Roja. Aquí se conservan dunas costeras de arena volcánica y pequeñas charcas salobres alimentadas por filtración marina.

Biodiversidad protegida

En este entorno frágil prosperan plantas altamente especializadas y nidifican aves sensibles, como el chorlitejo patinegro. Por esta razón, hay zonas acotadas y señalización informativa: no se trata de limitaciones arbitrarias, sino de medidas esenciales para proteger los ciclos vitales.

La subida a la cumbre, por senderos bien señalizados, regala panorámicas espectaculares. Se recomienda hacerla al amanecer o al atardecer, tanto por el clima como por la calidad de la luz. Lleva calzado cerrado, agua y, sobre todo, respeta los caminos marcados.

EL MÉDANO
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