Una charla con el enólogo Pedro

Vermut de Tenerife gana la medalla de oro

Origen del vermut y su historia aristocrática

El vermut tiene sus raíces en Italia, donde nació a finales del siglo XVIII gracias a Antonio Benedetto Carpano. Este destilador creó una mezcla única de vino moscado con hierbas y especias que dio lugar al primer vermut moderno.

Pronto se convirtió en favorito de la realeza italiana. Gracias a su cercanía al Palacio Real, Carpano pudo ofrecer su producto al rey Vittorio Amedeo III, quien lo adoptó como parte de los hábitos de la corte.

A lo largo del tiempo, famosos como Cavour, Giuseppe Verdi y Massimo D’Azeglio también se convirtieron en admiradores de este vino aromatizado, reforzando su imagen elegante y exclusiva.

El vermut canario y el oro internacional

En Tenerife, el vermut ha encontrado terreno fértil. En 2021, el vermut blanco de Bodegas Comarcal Valle de Güímar obtuvo la medalla de oro en el prestigioso certamen Vinduero/Vindouro, con una puntuación de 92,80.

Tuve la oportunidad de hablar con Pedro Lorenzo Díaz Perdomo , enólogo responsable de esta joya vitivinícola, sobre cómo surgió esta iniciativa y qué la hace especial.

De las viñas al vermut – Entrevista con Pedro Lorenzo

Pedro comenzó a interesarse por el vino desde joven. A los 16 años trabajó en una bodega durante la vendimia y desde entonces no dejó de aprender. Hace siete años decidió estudiar enología para crear vinos únicos con su propio estilo.

La idea del vermut llegó de la mano del enólogo del Cabildo de Tenerife, Francisco Calixto Zerpa. Querían innovar y diversificar la producción local. Tras años de investigación, lograron equilibrar el vino base con hierbas autóctonas, lanzando su primer vermut en 2019.

¿Por qué es único el vermut de Güímar?

Este vermut utiliza principalmente Artemisia canariensis , una planta medicinal típica de Canarias. Su perfil aromático y digestivo lo convierte en un ingrediente clave. Además, se basa en un vino afrutado blanco, característico de la Denominación de Origen Güímar.

Su presentación también es especial: la etiqueta azul y la botella recuerdan al afrutado tradicional de la bodega, reforzando la identidad visual.