Cuando Canarias emigró a Venezuela en embarcaciones precarias
Entre 1948 y 1950 cerca de 12.000 canarios se aventuraron en barcos de pesca a Venezuela. Una vez que llegaron, fueron detenidos por las autoridades, solo para ser confinados a pequeñas islas, donde pasaron una cuarentena en precarias condiciones higiénicas. Salieron a oscuras, en lugares oscuros entre piedras y arena, subiéndose a un bote ya sobrecargado, empujándose unos contra otros. Algunos habían entregado todo el dinero que tenían a los organizadores del viaje, para que pudieran emprender el camino hacia lo que creían que era una vida mejor.
En alta mar, tenían hambre y sed, estaban infestados de piojos, rodeados de vómito, con la ropa gastada por el salitre, algunos enfermaron, otros murieron. Una vez que llegaron, fueron interceptados por las autoridades. Algunos intentaban escapar a la costa. Los agentes arrestaron a las tripulaciones, con la intención de enviarlas de regreso a su país. Los demás fueron trasladados a pequeñas islas, en precarias condiciones higiénicas, y tuvieron que permanecer allí durante semanas, sin ni siquiera recibir una muda de ropa.
Esta narrativa podría ser la historia de cualquier migrante que llegue a Europa desde África, pero corresponde a otra historia: la de miles de canarios que en los años 40 y 50 del siglo pasado huyeron de su tierra en busca de una vida mejor en Venezuela.
Ahora que las Islas Canarias se han convertido en lugar de desembarco, no está de más recordar que alguna vez fue Canarias la que sufrió condiciones similares. El Elvira (velero que vemos en la foto) era un barco de 19 metros de eslora, que tardó 36 días en cruzar el océano Atlántico, impulsado por los vientos alisios. A bordo diez mujeres y una niña, mientras que el resto eran hombres. La mayoría de los ganaderos grancanarios, que lo habían vendido todo -su ganado y sus casas- o que habían entregado todos sus ahorros para pagar las 4.000 pesetas necesarias para el billete de embarque. Para entender: un día ganaba 12 pesetas al día sí y no.
La vida en Canarias no era fácil en esos días. Las condiciones económicas eran terribles, la pobreza golpeaba duramente y no había escuelas ni electricidad en la isla de El Hierro. Solo entre 1948 y 1950, unos 65 barcos zarparon de las Islas Canarias con destino a América Latina. «Canarias migratoria», desde el siglo XVIII hasta la década de los 80 del siglo XX. La mayoría de las personas que emigraron eran jóvenes, solteros, agricultores, muchos en edad militar o perseguidos por el régimen franquista.
Se estima que en tan solo ocho años del siglo XX salieron de las islas 128.000 Canarias rumbo a América.
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Este verano #DESTINOCANARIAS
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